La representación latina ha cambiado recientemente debido a distintos movimientos que buscan aumentar la diversidad en distintos sectores del país y llamados públicos para que el estado no discrimine a los latinos. Bad Bunny hizo historia al convertirse en el primer latino en encabezar el Festival de Música Coachella y el primer acto de apertura exclusivamente en español de los Premios Grammy Peso Pluma  fue el primer mexicano en tener una actuación en los Video Music Awards. Cantantes como Karol G, Becky G, Eslabón Armado y Danny Lux han tomado el escenario de Coachella. 

Hemos visto actores como Xolo Maridueña, Jenna Ortega, Oscar Issac, Pedro Pascal y Eugenio Derbez abrirle las puertas a otros actores latinos que deseen seguir sus pasos. Los latinos hemos seguido adelante. Sin embargo, cuando miramos a nuestras figuras históricas, es importante mantener en perspectiva quiénes y cómo han apoyado a nuestra diversa comunidad. 

Desde bolsos, platos y camisetas, el amor por Frida Kahlo se ve en todas partes. Sin embargo, la “artista mexicana” realmente tiene pocas raíces latinas. Kahlo nació de un inmigrante alemán y una madre mitad española y mitad mexicana. A través de su obra de arte, se le ve vistiendo vestidos de tehuana tradicionales del istmo de Tehuantepec. Sin embargo, ella no tiene antepasados de la comunidad. Incluso, una vez declaró en una entrevista: “Nunca he estado en Tehuantepec … ni tengo ningún vínculo con el pueblo, pero de todos los vestidos mexicanos es el que más me gusta y por eso lo uso”.

Kahlo nació en una familia adinerada y creció con una sirvienta indígena, a quien más tarde incluyó en sus pinturas. Su fetichización de la cultura indígena se ha visto a través de fotografías con su esposo Diego Rivera, con quien posó junto a su colección de artefactos indígenas. Kahlo no es una representación de la mujer mexicana; es una mujer que estaba obsesionada con una cultura que no le pertenecía. Los pueblos indígenas han sido perjudicados por el racismo y el colorismo. La fetichización de Kahlo sólo empeoró las cosas. No deberíamos embellecer a una mujer que se apropiaba de una cultura a través de su arte y su historia.

Cuando se habla de activistas latinos, muchos piensan en César Chávez, uno de los fundadores del United Farm Workers. Sin embargo, Chávez también creó la “Campaña de Ilegales”. A raíz de esto, los miembros de la UFW reportaron inmigrantes indocumentados al Servicio de Inmigración y Naturalización, y se establecieron “líneas húmedas” en el Río Grande para disuadir a los inmigrantes de entrar a los Estados Unidos. Los inmigrantes latinos merecen amor, seguridad y respeto. Esto no es algo que Chávez les haya brindado. 

Latinos como Kahlo y Chávez tienen el amor de latinos, pero muchos no saben de su historia y cómo ellos ofendieron a la gente. En lugar de darle amor a Frida Kahlo, démosle amor a artistas como Emilia Cruz, mexicana cuyo arte fue promovido por la serie Gente-fied, o a la artista guatemalteca Jey Rodríguez, quien hace ilustraciones digitales. Estos y muchos más artistas locales son los que merecen nuestro amor. También merecen más reconocimiento activistas como Sara Mora, quien lucha por salvaguardar la ley de Deferred Action for Childhood Arrivals, y la activista climática Jamie Margolin. Estos son los activistas latinos a quienes deberíamos apoyar. 

Es hora de que conozcamos la historia de figuras latinas famosas y le demos atención a los latinos de nuestro tiempo que están allanando el camino para las futuras generaciones. Debemos reconocer a los afrolatinos, latinos indocumentados, latinos con discapacidades, latinos transgénero y todos los latinos que merecen amor y respeto.