Ganadores, perdedores y estrellas en la histórica Copa América 2024

El torneo se dio en Estados Unidos este pasado verano, para el deleite de muchos.

By FABIÁN GUTIÉRREZ
(Clarissa Salas / Daily Trojan)

Por segunda vez en su longeva historia, el torneo internacional de mayor trayectoria en todo el fútbol mundial se dio en suelo estadounidense. La Copa América 2024 llevó sus ardientes encuentros entre selecciones del continente entero a 14 ciudades norteamericanas, recordando imágenes de hace ocho años provenientes de la icónica y controversial Copa América Centenario 2016.

El torneo fue marcado por grandes estrellas del deporte afirmando sus legados, algunos consagrándose con medalla de oro y otros ganándose los corazones de los televidentes. Por otro lado, selecciones de revelación añadieron al factor sorpresa, y posiblemente señalan a un cambio radical en el deporte como tal.


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El cuento más contado es uno solo. Lionel Andrés Messi Cuccittini se coronó campeón de América por segunda ocasión consecutiva. Cómo balancear el peso de cada torneo será otra discusión, pero la realidad es que Messi hoy por hoy ha ganado más torneos continentales que su perenne rival, Cristiano Ronaldo. Aún con su forzada salida del campo en el juego culminante, Messi merecidamente se consagró con el máximo objetivo luego de convertirse en el jugador con más partidos disputados en la historia de la competición.

Sin embargo, a pesar de su final feliz, Messi no fue el único exponente argentino en ponerle un lazo más a su carrera. Otro astro, también rosarino, puso final a su carrera con la selección absoluta albiceleste. 

Ángel Di María era uno de los pocos jugadores medallistas de oro olímpico en Beijing con Argentina que continuaba en la élite del fútbol mundial, pero la victoria en la final ante Colombia le puso punto final a su carrera internacional. Ahora, retorna al club que le abrió las puertas en Europa por primera vez.

Se podría resaltar el estrellato de toda la selección argentina, más aún si se mencionan sus líderes emergentes más allá de los más veteranos, pero una escuadra que se merece sus laureles es la subcampeona de este mismo campeonato. Por primera vez en más de 20 años, la Selección Colombia llegó al juego más trascendental del fútbol internacional sudamericano. Esto, luego de 25 juegos sin perder, entre ellos victorias impresionantes contra varias campeonas del mundo. Y todo esto a la mano de un tal James Rodríguez.

Rodríguez ya se conoce en cada esquina del mundo. Se habla de su paso por el Real Madrid, su eventual decadencia en los clubes más altos del viejo continente y su paso por tantos cuadros que casi irradia una falta de lealtad. Pero cuando tomó su sitio en el campo con la camiseta de su país encima, su elegancia y precisión con el balón dió destellos del mundial que hace 10 años lo impulsó a la cima del fútbol, con el liderazgo de un veterano de verdad.

El gran torneo que hizo Colombia previo a la final, marcando 12 goles y solo encajando dos, se vió finalizado por la campeona del mundo. Sin embargo, el empeño de Richard Ríos, Luis Díaz y Daniel Muñoz, a la mano de Rodríguez, inspiró a todo fanático del fútbol (especialmente los que tuvieran reproche con la albiceleste) a prender la radio y encender la tele.

Más allá de las selecciones por resaltar, otros gigantes tradicionales de la CONMEBOL preferirán pasar la página y olvidarse de su empeño. La selección brasileña se fue del torneo con la cabeza baja y con alta crítica desde el primer juego, donde fue abatida por la defensa costarricense por 90 minutos y no logró anotarle a la nación centroamericana. A pesar de lograr el pase de su grupo, se despidió de la copa contra Uruguay en cuartos de final, igualmente incapaz de marcarle un solo mísero gol.

Uruguay no dio su peor versión de sí misma, llegando a un respetable tercer lugar, pero le costó una tanda de penales ante la inexperta Canadá llegar a este logro. El equipo de Marcelo Bielsa aspiraba al título, y estaría decepcionado por no llegar a este convencidamente.

El otro lado de esta misma moneda es mucho más inspirador. La selección canadiense consiguió en su primera edición de la Copa América llegar a los últimos cuatro del torneo, logrando vencer por la mínima, en tanda de penales, a la selección venezolana. La vinotinto venía de enseñar su grandeza contra México, Ecuador y Jamaica, llevándose 9 puntos de 9 posibles en su grupo y venciendo a cada rival.

La ascendencia de Canadá en este torneo se vio ejemplificada perfectamente con el extremo Jacob Shaffelburg, quien se convirtió rápidamente en una pesadilla para los defensores contrincantes. Sus actuaciones rompieron récords de vistas en su país natal, marcando una posible ascendencia del deporte en dicha nación que previamente no tenía precedente.

Por otro lado, la mejor representación de CONCACAF más allá de los futuros anfitriones mundialistas procedió de centroamérica. Panamá se impuso en cuartos de final, sentado en la mesa de los grandes por primera vez luego de debutar en Copa América en este mismo suelo en el 2016. Este logro se dió luego de convencidamente derrotar a Bolivia 3-1. Más importantemente, se consiguió con la gran ayuda de derrotar a la selección estadounidense en su propio patio.

Entre los goles más gritados en la historia del fútbol canalero, ahí arriba con su primer gol en mundiales en el 2018, debe de estar el de José Fajardo que les dio la victoria en los momentos agonizantes del juego, luego de un partido marcado por faltas, expulsiones y drama.

La interrogante que se mantiene visto el desempeño del equipo de Estados Unidos — quienes no lograron la clasificación en un grupo que tenía a la mencionada Panamá, Bolivia y Uruguay — es si los anuncios a la comunidad futbolística de que Estados Unidos viene con fuerza serán más humo que profecía. 

Esta incertidumbre se refuerza al recordar que en varias ocasiones, incluyendo la final, tanto jugadores y entrenadores como espectadores se quejaron de obvias faltas de seguridad en los recintos y hasta dentro de la misma cancha. El fracaso futbolístico y organizacional estadounidense en este torneo le deja preguntas dentro y fuera del deporte de cara al mundial que recibirá en el 2026.

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