Tras una interpretación de “Ron En El Piso” que lo dejó visiblemente afectado, Residente dejó la tristeza de lado para recordar el pasado de manera nostálgica con los éxitos que creó con Calle 13. Los ritmos de reggaetón, cumbia, hip hop y pop de canciones como “Cumbia de los Aburridos”, “No Hay Nadie Como Tú” y “Atrévete-te-te” invitaron al público a remontarse a sus comienzos artísticos para bailar, brincar y gritar, imposibilitando tener “los pies deprimidos”.

Residente regresó al rap de manera solemne, hincándose en una rodilla antes de cantarle a la negligencia política, el abuso del poder y la violencia con “Guerra” y “This is Not America”. Sin embargo, omitió “Bajo los Escombros”, que denuncia explícitamente el genocidio palestino.

“En esto de darle la vuelta al mundo, vi cosas hermosas, pero también vi cosas horribles como la guerra. La guerra se come todo; no deja nada”, dijo. “Esto va por el exterminio de palestinos en Gaza, el conflicto en Sudán, los conflictos en Burkina Faso, la masacre en el Congo, la represión violenta en Myanmar y la guerra en Ucrania”.
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“Latinoamérica” llenó el teatro de una camaradería que hizo que el público cantara en una sola voz antes de pasar al capítulo romántico de la función. “Ojos Color Sol” le apretó el pecho a todos los allí presentes, incluyendo al mismo Residente, que terminó con los ojos llorosos. Un solo de piano de Geno alargó el momento antes de dar paso a “Desencuentro”.

Si bien Residente tomó pocos descansos a través del concierto, el cansancio le comenzó a pasar factura luego de “Que Fluya”, cuando se le comenzó a notar la voz un poco ronca. Luego de esta canción, el intérprete pasó de casi no hablar entre canciones, a hablar un poco después de cada canción.

Esto va atado a la única crítica — si pudiese llamársele eso — que tuvo el espectáculo. Residente, conocido por su rap sumamente ágil, solo cantó unos tres raps rápidos. Es aquí que queda en evidencia que la edad ya le está pasando factura.

A sus 46 años de edad, el rapero se logra sobreponer a muchos obstáculos, mas la naturaleza no es uno de ellos. Aunque lo disimula bien tras una energía increíble, es obvio que ya no es el mismo de hace 20 años. De hecho, la mayoría de los raps los cantó en la primera mitad del concierto, cuando estaba más fresco. No obstante, “Adentro”, uno de sus raps más icónicos, no fue parte del concierto. Además, solo cantó alrededor de un tercio de las canciones del álbum titular de la gira.

Al anunciar el lanzamiento de “Las Letras Ya No Importan”, René fue honesto en admitir que una parte de él ya está cansada de hacer música y busca expandir sus horizontes artísticos. La gira celebra su carrera desde sus comienzos hasta su estado actual de incertidumbre. Desde los visuales de Dones y su maquinilla y Emegé con su pintura en vivo, hasta el juego de ritmos y una poderosa banda, la velada del viernes demostró por qué Residente es el latino con más Grammys en la historia.

Cuando se despidió de Los Ángeles al ritmo de “313”, René había dejado el alma en el YouTube Theater. Entre el cansancio y estar al borde del llanto, apenas pudo cantar el sencillo, que precisamente habla sobre la renuencia a los finales. Haga lo que haga una vez termine la que podría ser su última gira, Residente ha inmortalizado su carrera en la historia de la música latina. Si en efecto se retira de la música, no habrá duda de que tiró todos sus cartuchos.