No es solamente 42: el barbero favorito de los atletas de USC
La energía se siente cuando entras en Flower Street Barbers. La manera que está organizado el hogar es muy estratégico — la colocación de la televisión y la música hip-hop que salta por todas las paredes.
Mira por encima de la televisión hacia la izquierda y verás la camiseta de Drake London. Hacia la derecha está la camiseta de Drake Jackson. Te sientas en el sillón negro de espuma de memoria y estas en uno de los asientos más populares — el mismo lugar donde el entrenador de fútbol americano de USC Lincoln Riley recibió su primer corte de pelo en Los Àngeles. Pero este no es un corte de pelo típico.
Con Peter ‘42’ Hernandez, encontrarás algo diferente. Él quiere conocerte. Quiere encontrar una manera de conectar contigo y entender tu historia.
Cuando Riley se sentó, Hernandez no quería saber sobre su estrategia ni sobre su experiencia entrenando Baker Mayfield en Oklahoma.
“Yo quise conocerlo personalmente. Le pregunte, ‘¿qué carro manejabas en la secundaria? ¿Cuántas cuadras caminabas para ir a la tienda de licores?’” dijo Hernandez. “‘¿Qué tuvo que pasar para que pudieras hacer eso?’”
Aunque sea el barbero primario de los atletas de USC y algunos lo llamen un ‘barbero famoso,’ eso no lo define.
Su camino al ser el barbero favorito de USC empezó en la comunidad alrededor de él. Eso es lo que más le importa.
“Yo no solamente cortó el pelo del equipo de fútbol americano, yo no solamente cortó el pelo del equipo de baloncesto, yo tengo que empezar con la comunidad primero,” dijo Hernandez. “Porque sin la comunidad, no puedo atenderte.”
“Yo estoy seguro. Yo voy a hacerlo”
Como niño en Santa Barbara en los 1990, Hernandez se describió como un ‘crash dummy.’ Sus hermanas y hermanos lo ponían en ciertas situaciones y estaban curiosos cómo reaccionaría.
Fue por ellos que él aprendió las características que son parte de ser un barbero exitoso. Sus hermanas le enseñaron cómo hablarle a la gente de buena manera, aprendiendo cómo usar las palabras para reemplazar las acciones. Sus hermanos le enseñaron cómo manejar un negocio con experiencia táctil. Estando alrededor de sus hermanos, Hernandez se preguntó porque la gente seguía escogiendo a sus hermanos para los cortes de pelo; él empezó a averiguar más sobre el negocio.
Años antes de que Hernandez tuviera la maquinilla en sus manos, usaba latas de pintura para expresarse en forma de arte.
“Yo siempre estuve listo para pintar el lugar más grande, más ancho, más vibrante, vistoso porque quise un reto,” él dijo. “Cada vez que salí, fue difícil hacer que la gente supiera mi nombre sin que la gente me conociera.”
Hernandez era conocido por su grafiti, frecuentemente recibiendo felicitaciones. No le daba mucha importancia, enfatizando que el talento no vino fácil.
A veces Hernandez esperaba a ver quién tenía pintura de más para que pudiera hacer más graffiti.
“Así de motivado estuve para asegurar que cualquier cosa que hacía delante de mí era de la mejor calidad y no había lugar para algo peor,” dijo Hernandez.
Ese es un mantra que Hernandez usa hoy en día. Después en su adolescencia, empezó a cortar pelo más frecuentemente.
Siempre pasaba tiempo en la barbería de su hermano — la maquinilla gravitaba hacia sus manos como un imán. Pero sus hermanos se fueron a la escuela de barbería cuando él consiguió su propia maquinilla.
Esto creó un problema. Hernandez solo quería que sus hermanos le cortaran el pelo, y él recurrió contárselo él mismo.
“Empecé cortarme mi propio pelo y te digo esto: hermano, no era fácil. Nada es fácil,” dijo Hernandez. “Y, si te gusta, solo se pone más fácil porque tu autoestima mejora. No te importan los juzgamientos ni las críticas.”
Pero pensando que no le importaban las críticas fue un obstáculo. Avergonzado, Hernandez se puso gorras para esconder su pelo arruinado.
Momentos como estos forman la persona que es Hernandez. Un día, él se cansó de caminar con una gorra. Él tiró la gorra al piso y caminó con confianza, y la gente preguntó donde consiguió su corte de pelo.
“Así de confiado soy. Ya estuve diciéndole a la gente, ‘Mira la etapa en la cual estoy,’” dijo él. “Yo tengo confianza. Estoy logrando esto. Estoy triunfando. Empezaron la gente preguntar por mí.”
Para bien o para mal, más gente empezaron preguntar por Hernandez para los cortes de pelo. Pero él empezó a ver gente de otras secundarias y luchó por mantenerse en la escuela.
“Era una bendición disfrazada porque si no tuviera [esa experiencia cortando pelo], entonces no hubiera conocido la gente que me guiaron a donde estoy hoy,” dijo Hernandez.
Proveer es más importante que cualquier cosa para él. Lo lleva desde niño.
Amor fraterno
Adoptado por una familia que ya tenía seis hijos, Hernandez cree que su familia adoptiva no tuvo que cargarse con la responsabilidad de un bebe de dos meses.
Eso siempre lo inspiró darle para atrás a la comunidad y lo motivó a que aprovechara todo el tiempo que uso su familia para enseñarlo a cortar pelo.
“Yo me acuerdo todos los días que tengo que proveer a la comunidad,” dijo él. “Porque si no lo hago, entonces el tiempo que pase con mi familia, enseñándome lo bueno y lo malo, no valió la pena.”
Para asegurarse de que valiera la pena, Hernandez empezó a aprender de sus hermanos, Cesar y Eric.
Cuando Cesar se mudó a una barbería en Santa Bárbara, Peter obtuvo más confianza. Él barría el piso, contestaba el teléfono y se encargaba de hacer las citas, haciéndolo una persona fácil con quien se puede hablar.
Mientras trabajaba con César, Peter empezó a notar si los clientes se sentían mal e intentó hacerlos sentir mejores. Eso lo inspiró a aceptar a cualquier persona.
“Hay varios lugares que no te aceptan por barrera idiomática,” dijo Peter. “Pero yo quise asegurarme de que todos sean bienvenidos, especialmente si quería cortar pelo como mi hermano.”
Convirtiéndose en el barbero más conocido de USC
Era el segundo año en Flower Street para Peter, y las cosas se movían lentas. Su compañero de trabajo pensó que iba haber gente entrando y saliendo constantemente, pero nadie supo que la barbería existía, dijo Peter, e hizo una apuesta con su compañero.
Él salía y distribuía tarjetas, regresaba adentro y entonces su compañero hacía lo mismo. Como Cesar y Eric le daban retos a Peter, él hacía lo mismo con sus compañeros.
Mientras Peter entró en Ono Hawaiian Barbeque en Figueroa, era no más que un atleta de 1.88 metros de alto. Peter le dijo que fuera a su tienda, le dio una tarjeta y le dijo, “Si necesitas un corte de pelo o el barbero tuyo no lo puede hacer, ven y visítame.”
Treinta minutos después, el exfutbolista de USC Malik Dorton le dio una llamada y recibió su corte de pelo una hora después. Peter sorprendió a Dorton.
“Malik pensó, ‘este es la primera vez que te veo, no sabes nada de mí, y ahora pienso que me conoces mejor que nadie porque me cortaste el pelo,’” dijo Peter.
Todo empezó a realizarse para Peter. Él encontró la confianza que no supo que tenía.
La barbería empezó a popularizarse entre el equipo de fútbol americano, diciéndose unos a los otros de un tal ‘42’ el barbero en Flower, y lo demás ya se sabe. Si ves el Instagram de Peter, puedes ver todos los futbolistas y basquetbolistas de USC.
Él mismo hizo su tienda en Flower. Él terminaba su trabajo, manejaba a Home Depot y ponía toda la materia que podía en su carro.
Él hizo todo — las estaciones de cortar pelo y la corriente de la tienda — no importaba el tiempo que tomará. Estaba en YouTube aprendiéndolo todo.
Esa es la mentalidad que inspira a los atletas troyanos. Su confianza y motivación para amigarse con la gente e inspirarlos a ser mejores siempre ha sido evidente.
El Futbolista John Jackson III, quien conoció a 42 atreves de un amigo, hasta llama a Peter un hermano y una bendición.
“Es un tipo bueno, y siempre es divertido hablar con él de cualquier cosa,” él dijo.
Para exfutbolista de alabama Shane Lee, Peter era la persona que lo ayudó conocer la ciudad cuando primero llegó a USC. Lee vio a Peter en la tienda de libros, y el barbero le dijo todo lo que había de saber de Los Ángeles.
Su habilidad para conversar era diferente a los otros barberos. Él quiere oír todo de ti, pero también quiere saber cómo te estás motivando a ser una persona mejor. Se trata más de aprender fuera de la cancha cuando hablas con él. Las conversaciones se sobresaltan.
“Lo que se distingue es la conversación, teniendo una conversación no solo de fútbol, pero sobre la vida,” dijo el futbolista Kyron Ware-Hudson. “Diciéndonos como ser buena gente.”
A veces cuando el cliente está teniendo mal día, Peter los deja extender la cita, dejándolos que le digan todo lo que les molesta.
Esto es lo que más le importa a Peter al fin del día.
“Me importa más todas las relaciones y conexiones con mis clientes que el dinero,” dijo él.
Para ver la traducción en inglés, haz click aquí.
Traducción escrita por Emanuel Rodriguez y Angie Orellana Hernandez.