JAM JOURNAL

Dime qué escuchas y te diré quién eres

La música me permite enfocarme en algo cuando tengo demasiados pensamientos a la vez.

By BIANCA B. ARZÁN-MONTAÑEZ
(Noah Demus / Daily Trojan)

Mi cerebro es una locomotora que no conoce el descanso. Siempre estoy pensando en mil cosas a la vez. Para concentrarme en cualquier cosa, tengo que hacer al menos dos tareas a la vez. De este modo, no me queda espacio para pensar en otras cosas. Por ejemplo, no es raro que vea series mientras escribo ensayos. Tener que prestarle atención a ambas cosas a la vez me asegura que me enfocaré en escribir en vez de usar mi teléfono o hablar con mis compañeras de piso. Rara vez estoy en completo silencio, y cuando lo estoy, es porque me obligo a disfrutar de él.

Dentro de la cacofonía que reside permanentemente en mi cabeza, la música me permite silenciar mis pensamientos un poco para mantenerme en el presente. Además, me permite procesar mis emociones cuando ni yo misma sé ponerles nombres. Cuando las palabras que necesito se le pierden a mi bolígrafo o al teclado de mi celular, las canciones adecuadas son un mapa que me enseña el camino hacia el entendimiento.

Una mirada a las listas de reproducción que he estado escuchando últimamente pinta la imagen exacta de mi estado emocional en cualquier momento. Aunque pudiese hablar de mis canciones favoritas o las que más me han marcado, creo que es más justo hablar sobre esas listas que me toman de la mano cuando siento demasiadas cosas a la vez o aquellas que me transportan a momentos más sencillos y felices de mi vida. Además, no todo lo que escucho es Bad Bunny y reggaetón, como unos cuantos desinformados asumen cuando digo que soy puertorriqueña.

. y Melancolía

“.”, como su nombre indica, es una lista para ponerle punto final a mis sentimientos. Es una adición reciente a mi cuenta de Spotify y es el trazo de un corazón roto completamente en español. “.” es para esos momentos de tristeza en los que quieres sentir con ganas. No hay nada como Ojalá de Silvio Rodríguez, Un Buen Perdedor de Franco de Vita o Algún Día de RBD para dejar que las emociones fluyan.

Su lista predecesora, Melancolía, fue creada hace algunos años cuando aún no conocía estos sentimientos bien. Es una lista más larga; menos refinada. Incluye canciones típicas como Arcade de Duncan Laurence y good 4 u de Olivia Rodrigo, que aunque tienen los sentimientos a flor de piel, no se comparan con el melodrama de la poesía en español.

música de señora para limpiar la casa

Si hay algo que he aprendido desde que me mudé a Los Ángeles, es que no hay nada como limpiar la casa escuchando música a todo volumen. A diferencia del estereotipo, mi mamá nunca fue de escuchar música mientras limpiábamos, sin embargo, eso no ha evitado que yo me convierta en una auténtica mamá latina cada viernes cuando hago el aseo.

Como se pudiera adivinar por las 10 horas de duración de esta lista de reproducción, hay un poco de todo. Hay clásicos de Chayanne, como Torero y Dejaría Todo, y clásicos de karaoke, como Hacer El Amor Con Otro de Alejandra Guzmán y Lamento Boliviano de Los Enanitos Verdes. Tampoco pueden faltar clásicos de la salsa, como Ven Devórame Otra Vez de Lalo Rodríguez y Pedro Navaja de Rubén Blades y Willie Colón, o bachatas como, La Bilirrubina de Juan Luis Guerra y Un Beso de Aventura. Y como tampoco puede faltar el reggaetón, también hay canciones como Ella Y Yo y Quitate Tu Pa Ponerme Yo

En esta lista de reproducción están todas esas canciones viejitas que me llenan de vida y hacen que la aspiradora y el mapo se muevan con más sabor.

Anclándome a mí misma

“Anclándome a mí misma” es una lista corta para cuando las presiones de la vida son demasiadas y mi ansiedad grita en mi cerebro. Es una lista con mis canciones favoritas de toda la vida que me recuerda quién soy y me trae de vuelta al presente. Incluye canciones como René de Residente, La Vuelta Al Mundo de Calle 13, Contra Todo de iLe, El Apagón de Bad Bunny y Remamos de Kany García y Natalia Lafourcade. 

Otras menciones honoríficas incluyen “papi”, que tiene todas las canciones de rock que escuchaba cuando, en mi niñez, iba de camino a casa de mi abuela con mi papá al volante. “verano 2023” y “Summer 2022” me transportan a los últimos dos veranos que he pasado en casa, respectivamente. “Puerto Rico” guarda todas esas canciones de orgullo patrio que no me pueden faltar cuando me monto en el avión de vuelta a casa, a ver a mi gente. Tampoco me puede faltar Fall Out Boy a todo volumen cuando no me quiero escuchar pensar mientras estoy en el gimnasio o Cigarettes After Sex cuando necesito escribir sin distraerme y perderme en la música.

La música es una compañera fiel que se adapta a cada uno de mis estados de ánimo; también ambienta cada una de las situaciones en las que puedo estar. Es además un vehículo, pues me transporta a algunas de las memorias más dulces que guardo. Ponerme mis audífonos y perderme en la melodía en mis oídos es de los placeres más sencillos pero importantes de los que puedo disfrutar. 

“Jam Journal” es una columna rotativa escrita por un nuevo editor del Daily Trojan en cada entrega en la que comentan la música más significativa para ellos.

© University of Southern California/Daily Trojan. All rights reserved.