Desde finales de septiembre del 2023, La CASA, un espacio dedicado a estudiantes de origen latinoamericano, se ha asentado en el cuarto piso del Student Union y comparte espacio con el centro de Asian Pacific American Student Services. Los colores vibrantes del espacio guían la atención de los visitantes a cada mueble, fotografía y cartel que decora el centro. Además, se observan personas descansando en los nap pods, estudiando en el “chismoseo pod” y conversando en el salón principal.
Diferencias físicas entre el espacio anterior y el corriente incluyen: una cocina expandida, una sala de conferencias, oficinas individuales y televisores con sistemas de sonido amplificado.
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Micaela Zamora, quien empezó trabajando en la ubicación anterior del centro en 2022 y quien cursa su tercer año de ciencias biofarmacéuticas, dijo que el flujo de estudiantes ha incrementado desde la actualización. Se ha apreciado la manera en que se aprovechan los “bolsillos de espacio” que se ofrecen para respetar el interés individual de cada visitante, Zamora dijo.
“Como el espacio anterior era más limitado, si todos estaban estudiando y quisieras ir a comer con tus amigos, se sentía un poco incómodo, porque no querrías interrumpir la paz de otras personas”, dijo Zamora en inglés. “En cambio, como el nuevo espacio presenta diversas secciones, se ha podido apreciar a algunos individuos estudiar en el salón principal mientras que otros comen en los espacios laterales”.
Una de las ocurrencias favoritas de Paula Acedo, líder estudiantil de La CASA y estudiante de cuarto año de geodiseño, ha sido poder ver la reacción de exalumnos cuando ingresan al espacio nuevo. Esto es por la emoción que se suscita al entrar al lugar actualizado mientras se tiene en mente el espacio anterior en el que se reunían, dijo.
“Hay mucha más oportunidad para los estudiantes convivir y conocer a [otros] estudiantes, pues es el chiste de La CASA, ¿verdad?”, Acedo dijo.
Esta sensación de familiaridad y crecimiento no solo se presenta en personas que han tenido la oportunidad de visitar ambas ubicaciones del centro, sino también en aquellas que buscan comunidad por primera vez.
“La escuela [a la] que iba antes … [no celebraba mi cultura], entonces … entré en shock [cuando vine a estudiar acá]”, dijo Flor Valencia, estudiante de tercer año de leyes, historia y cultura. “No sabía que podía encontrar este tipo de comunidad. Miré que habían eventos para nosotros [en los que participaban mis amigas], entonces les dije, ‘oye, ¿por qué no me dijiste de [este] lugar?’”
Desde entonces, Valencia no solo frecuenta el lugar para reportarse a sus labores, sino también por su ambiente agradable.
“El ambiente está más vivo en comparación con la biblioteca — ahí es muy callado y no se admira … tanta comunidad”, dijo.
Este sentido de pertenencia nace, según Valencia, por la actitud de su cultura hacia el trabajo.
“Somos bien trabajadores y … vamos a la universidad por un propósito… y eso es de [poder] sobresalir”, dijo.
Siguiendo este concepto, Zamora dijo que inicialmente sintió el síndrome del impostor al llegar a USC porque pasó de crecer rodeada de la cultura latinoamericana, a estar en una comunidad donde no está fuertemente representada.
“Poder venir a La CASA me hizo saber que … latinos están presentes. Nosotros existimos en este espacio, y … pertenecemos. Honestamente, esto ha sido lo que más se ha destacado en mi tiempo en la USC”, Zamora dijo.
Por esta razón, Zamora dijo que uno de sus elementos favoritos del nuevo espacio es la sala de conferencias porque está abierta para otros clubes, para personas que quisieran estudiar y para cualquier tipo de evento. Esto hace que La CASA sea más accesible para la comunidad estudiantil, dijo.
“Creo que a veces uno se queda bien apretado en lo que es la identidad y cultura. Lo mejor que podemos hacer como humanos es compartir”, Acedo dijo.
Por consiguiente, muchos estudiantes aprovechan del apoyo que ha propiciado la Universidad para convertir esta motivación en una realidad.
“[Ha sido] una oportunidad bien grande [tener la mano de] una universidad que [ofrece] tantas oportunidades a este hogar tan chico en el que podemos expresar nuestra cultura y, en adición a eso, poder compartir … con APASS”, dijo Acedo.
Al ver a tantas personas pasar dentro del espacio para cada evento, Valencia dijo que, incluso con la expansión física de La CASA, no se ha podido acomodar a la totalidad de personas interesadas.
Acedo dijo que esto no es necesariamente un problema, sino que puede reflejar una doble realidad: por una parte, se puede incrementar el espacio para cubrir más estudiantes interesados; por otra, el espacio ha cumplido con su función de acomodar a aquellos que tal vez no visitaban el espacio anterior debido al reducido espacio.
“Ver a estudiantes convertirse en visitantes regulares”, Zamora dijo, “enfatiza el hecho de que [La CASA] es un espacio seguro”.
Para muchos, la transición fluyó de manera tranquila.
“Creo que el cambio ha sido … natural”, Acedo dijo. “[Ha sido] muy bonito.”
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