La Universidad debe hacer más para ser inclusiva

USC ha progresado en algunas áreas, pero todavía falta en muchos aspectos.

By AMARA MATHEW
El Latine Floor le propone a estudiantes un refugio donde pueden buscar conexiones y apoyo durante su experiencia universitaria.  (Alia Chand / Daily Trojan)

En Pardee Tower, se encuentra una comunidad de aprendizaje y convivencia que ejemplifica lo que la inclusividad puede significar en el campus: el South Residential College, cual es el Latine Floor. Establecida a mediados de la década de 1970, esta comunidad se ha convertido en un refugio para estudiantes que buscan conexión y apoyo durante su experiencia universitaria. Esta comunidad es un aspecto inclusivo de la Universidad, pero creo que realmente es una de las únicas iniciativas que trabajan bien.

Aunque el Latine Floor es un modelo admirable de inclusividad, también pone en evidencia un problema más amplio en USC: las fallas en el compromiso general de la Universidad para fomentar un ambiente inclusivo para todos los estudiantes. A pesar de los esfuerzos por promover la diversidad, muchos estudiantes aún enfrentan barreras que dificultan su sentido de pertenencia.


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 Las estadísticas de diversidad racial de la Universidad pueden parecer impresionantes en papel, pero a menudo no se traducen en experiencias significativas para los grupos subrepresentados. Además, el alto costo de casi $100.000 por la matrícula exacerba las disparidades socioeconómicas, creando un entorno donde no todos los estudiantes pueden prosperar por igual. 

Las comunidades de aprendizaje y convivencia como el Latine Floor demuestran que cuando se proporcionan entornos de apoyo adaptados a las experiencias únicas de los estudiantes, estos pueden florecer. Estas comunidades fomentan la comprensión compartida y la exploración cultural, permitiendo que los estudiantes se conecten con compañeros que comparten antecedentes y desafíos similares. 

Los desafíos de USC en cuanto a diversidad e inclusión van más allá del incidente del Latine Floor. En 2020, la Universidad enfrentó una controversia cuando un profesor de Marshall School of Business tomó un permiso de ausencia después de usar una palabra china que sonaba similar a un insulto racial en inglés, lo que llevó a acusaciones de insensibilidad cultural y falta de transparencia. 

Además, un reportaje de Los Angeles Times reveló que estudiantes han reportado casos de perfilamiento racial por parte del Departamento de Seguridad Pública, incluyendo solicitudes de identificación a estudiantes en el campus.

Estos incidentes resaltan un patrón de desafíos institucionales para crear un entorno verdaderamente inclusivo. Demuestran que los esfuerzos de USC para promover la diversidad a menudo se quedan cortos en lograr cambios significativos y no apoyan adecuadamente a las comunidades marginadas en el campus. 

Para construir sobre este éxito, USC debe extender su compromiso con la inclusividad más allá de estos programas especializados, porque en realidad, la Universidad no hace trabajo productivo relacionado con la diversidad además de estas comunidades. La Universidad tiene centros de diversidad, como La CASA, donde latines pueden congregarse y conversar, pero estos lugares no son bien anunciados o usados.

La Universidad puede ampliar el número de comunidades de aprendizaje y convivencia para abarcar una gama más amplia de identidades y experiencias. Implementar capacitaciones obligatorias sobre competencia cultural para todos los estudiantes, profesores y personal ayudaría a cultivar una cultura universitaria más respetuosa y consciente. 

Aumentar la diversidad entre el profesorado y los líderes también es crucial. Un profesorado más representativo puede brindar mentoría y orientación que resuene con un espectro más amplio de experiencias estudiantiles. Abordar las barreras financieras mediante la expansión de becas y servicios de apoyo puede garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a los recursos necesarios para tener éxito. 

El Latine Floor ejemplifica lo que es posible cuando una comunidad prioriza la inclusividad. Es un recordatorio de que crear espacios donde los estudiantes se sientan valorados y comprendidos no solo es beneficioso, sino esencial para su crecimiento académico y personal. 

A medida que la Universidad continúa evolucionando, debe esforzarse por crear un entorno donde cada estudiante se sienta como en casa en el campus. Al adoptar la inclusividad como un valor fundamental en lugar de una idea secundaria, USC puede realmente cumplir su promesa de ser un lugar donde todos los troyanos puedan prosperar. 

Aunque el Latine Floor destaca como una iniciativa exitosa dentro del panorama general de USC, también resalta el trabajo que queda por hacer. Al aprender de este modelo e implementar estrategias integrales para la inclusividad en toda la vida del campus, la Universidad tiene la oportunidad de convertirse en una institución verdaderamente acogedora para todos sus estudiantes.

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