Sigamos a las feministas mexicanas

Las mujeres mexicanas son ejemplares en la lucha de los derechos de la mujer.

By DANICA MINH GONZÁLEZ NGUYÊN
(Hyojin Park / Daily Trojan)

Tras la reversión de Roe v. Wade en junio de 2022, las protecciones nacionales en los Estados Unidos al derecho al aborto fueron eliminadas. La decisión de la Corte Suprema estadounidense fue el resultado de años de trabajo de activistas pro-vida y ha puesto el debate sobre el aborto en una posición nueva. Aunque los activistas pro-vida han cambiado su norte a  criminalizarlo en todo el país, hay nuevos esfuerzos en la lucha para proteger los derechos reproductivos. 

Para mí y mucha otra gente, fue frustrante ver esta pérdida de derechos. Es esencial que el aborto esté protegido como cuestión de salud y derechos humanos. Es necesario codificar el derecho al aborto en la Constitución para evitar que se sigan socavando los derechos reproductivos. Las activistas a favor de los derechos reproductivos comprenden esto. 


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Más de un año después de la reversión de Roe v. Wade, 11 estados han establecido protecciones constitucionales a favor del derecho al aborto. Sin embargo, hay 14 estados en los que el aborto está completamente prohibido. 

Comprendo que el activismo toma tiempo y mucho trabajo, pero hay maneras más efectivas de lograr progreso. Según un estudio del Pew Research Center, la mayoría de los estadounidenses apoyan los derechos reproductivos a pesar de los pocos cambios logrados a nivel nacional. Para lograr el progreso que necesitamos, los activistas reproductivos necesitan cambiar su estrategia y aprender de los movimientos que tienen éxito en otras partes del mundo. No hay un mejor ejemplo que las mujeres mexicanas. 

En 1973, el año en que Roe v. Wade fue decidido, la práctica del aborto era ilegal en México. Las leyes eran restrictivas y el público, en su mayoría católico, tenía una percepción negativa del proceso. De hecho, las mujeres podían ser criminalizadas por sufrir un aborto espontáneo. 

Sin embargo, más de 50 años después, los papeles han cambiado. En 2023, la Suprema Corte de México despenalizó el aborto en todo el país, contrastando así a EE. UU. Por supuesto, no todo va a cambiar inmediatamente, pero la decisión de la corte creó un precedente nacional para las cortes estatales. Esencialmente, las cortes estatales pueden anular los cargos criminales en contra de una persona por haber tenido un aborto. Con esta decisión, el derecho al aborto tiene más proteciones que nunca en México. En las décadas de historia del movimiento a favor del derecho al aborto en México, hay algunas cosas que quiero destacar como puntos de aprendizaje. 

Primero, la importancia de proveer cuidado. Antes de trabajar con la ley y los aspectos políticos, los activistas tienen que abordar las necesidades de su comunidad. En México, esto toma la forma de organizaciones que proveen cuidado básico luego de un aborto. Estas organizaciones envían los medicamentos abortivos al hogar de la paciente, le informan sobre sus opciones y la acompañan en su proceso. Hoy, ayudan tanto a las mujeres estadounidense como a las mujeres mexicanas pues estas primeras ya no pueden encontrar recursos locales en muchos casos. 

Estas organizaciones son grandes y complejas. Aunque toman tiempo para establecerse, tienen mucho éxito en sus metas. Crear estas redes e informar al público necesita ser el primer paso para todos los activistas. Al trabajar directamente con las comunidades, estas organizaciones cultivan confianza, hermandad y la desestigmatización del aborto. Todas estas cosas ayudan la lucha hacia el derecho al aborto.

Segundo, los activistas no pueden temerle a las protestas disruptivas, pues estas son las más efectivas. Como ejemplo, se puede estudiar el movimiento en contra de los femicidios o la violencia en contra de las mujeres. Aunque es un enfoque distinto, los movimientos comparten muchos de los mismos participantes. Son organizados por las mujeres mexicanas y están relacionados al movimiento de los derechos de la mujer. 

La protesta más grande de este movimiento ocurre anualmente en marzo y tiene dos partes. Hay una marcha el 8 de marzo y el día después, hay un “día sin mujeres”. Como en los EE. UU., las mujeres mexicanas usan la marcha para protestar, pero la diferencia principal está en la segunda parte. El 9 de marzo, mujeres mexicanas alrededor de todo el país se niegan a participar de la sociedad. Faltan a escuelas y trabajos y no participan de la economía. En 2020, la economía sufrió una pérdida de 30,000 millones de pesos mexicanos cuando la sociedad mexicana experimentó como es una vida sin mujeres en “9M”. Este tipo de protesta es muy disruptiva y difícil de organizar, pero en eso radica su efectividad. Los activistas necesitan recordar que un movimiento sin disrupción es un movimiento sin fuerza. La disrupción es incómoda y compleja, pero es necesaria para lograr progreso. 

Finalmente, los activistas necesitan comprender que sin liberación y derechos para todos, no hay justicia genuina. Cuando ves las promociones de estas organizaciones que luchan por el derecho al aborto en México, la mayoría incluyen herramientas para la comunidad LGBTQIA+, las comunidades indígenas y comunidades negras. Al ser inclusivos, los movimientos pueden realizar su potencial completo. Los derechos de la mujer son interdependientes de los derechos de las minorías raciales y los derechos de la comunidad LGBTQIA+. Una falta de solidaridad solamente causa daños. 

En los EE. UU., la inclusión ha sido un problema grande en la lucha por los derechos reproductivos. Sin enfrentarlo, sigue inhibiendo el progreso. Además, la solidaridad necesita expandirse fuera de las fronteras nacionales. La energía tras el éxito de los movimientos es escuchar, aprender y motivarnos unos a otros. La lucha de los derechos reproductivos es una lucha local, estatal, nacional y mundial. 

El activismo es como un maratón. A pesar de nuestro esfuerzo, no podemos esperar resultados inmediatos. Pero, no existamos en un vacío. Cuando nuestros vecinos tienen éxito en sus luchas, necesitamos prestar atención y aprender de ellos. Entonces, a los activistas estadounidenses: Miren los logros de sus hermanas mexicanas. Y recuerden, ustedes también pueden proteger sus derechos.

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