Las calles de Los Ángeles


a man pushing a fruit cart down the street
(Andrea Orozco | Daily Trojan)

La ciudad de Los Ángeles vive por la gente latina. En las calles de Sunset y Cesar Chávez, los colores de las cobijas y aretes Huichol dan color a la comunidad. Las rosas perfuman el camino mientras mujeres y hombres las venden. El olor de pupusas, esquites y lechera para los raspados tiene a los niños del camino pidiéndole dinero a sus padres. Los días de fiesta, las canciones de Celia Cruz y La Banda MS se escuchan a un kilómetro de distancia. 

Al mirar al Río de Los Ángeles recordamos el Río Grande, río que guarda nuestro sacrificio, dolor y valor. Para los que no viven en Los Ángeles, la imagen de la ciudad se limita a Hollywood y Beverly Hills, donde viven los ricos. Sin embargo, lo más rico de Los Ángeles es la cultura latina. 

El 49.1% de la población angelina es latina, siendo la ciudad con más latinos en los Estados Unidos. La ciudad vibra con una cultura rica, con padres y madres que sacrifican sus días para sus niños. Los padres luchan para que sus hijos puedan estudiar en la universidad; el sueño americano es lo primero que muchos miran al llegar a la ciudad. 

El lujo de Los Ángeles reside en la cultura latina, en los sacrificios, la comida callejera, la música de los vecinos y la sonrisa de nuestro compadre. Es una comunidad de amor y amistad. 

Los Ángeles no es un día de compras en Rodeo Drive; es ir a comer esquite al mercadito con una agua fresca y chismear con mis padres. Con tan solamente una mirada, todos pueden ver lo más bello de Los Ángeles — los vendedores que trabajan día y noche para sus familias, las mujeres con su vestidos de Guatemala en la calles de West Lake y los abrazos de la gente al ver a sus amigos. 

¡La gente latina provee a la comunidad! Por eso, mi mente piensa en contribuciones como la fruta con sal, limón y chile, ¡y no te olvides de poner chamoy! Recuerdo la Plaza México y El Mercadito, los negocios que dan el sentido de México en Los Ángeles. Recuerdo el sonido de la música cuando mis vecinos organizan una celebración. 

Lo más bello no es visibilizado y esa es la razón por la que las personas piensan que Los Ángeles es una ciudad sólo para gente de un grupo. Sin embargo, la ciudad le da la bienvenida a todos. Eso es lo más especial.  

Por años la ciudad ha cambiado — comenzando por la modificación del nombre del Pueblo del Río de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles de Porciúncula a Los Ángeles en 1850. Los restaurantes y negocios latinos cada vez se ven más afectados por los aumentos en renta y costo de vida pero la cultura se mantiene presente.

Por más que la ciudad cambie, la cultura nunca va a desaparecer. Cuando pienso en Los Ángeles, recuerdo a los vendedores de mis dulces, comida y aretes favoritos. Son un vivo ejemplo de que aunque el sueño americano no llega, se puede trabajar por ello.

Los Ángeles es una ciudad hermosa — es fácil perderse en las maravillas de una ciudad que le abre sus manos a todo el mundo. Cuando la visites, recuerda que el lujo son sus inmigrantes, gente que lucha con una sonrisa en la cara.